Sigo asimilando, con calma y sin afanes, el caudal de información de moda que recibimos en Colombiamoda. Hoy les comparto los picos más altos -en términos de propuesta y factura- del segundo día de pasarelas: Lía Samantha -el nombre a destacar del NonStop de la jornada-, Kika Vargas, Renata Lozano y Beatriz Camacho.
Lo de Lia Samantha fue un manifiesto ancestral y afro en clave primavera verano 2015, algo como lo que muchas marcas intentan hacer pero con bagaje cultural en las venas. Colores primarios, acentos dorados y estampados batik en tejidos africanos usados tradicionalmente para identificar tribus, grupos familiares, protección espiritual o posturas políticas; estampados y colores como banderas de diferencias y resistencia. Una colección que recoge tradición textil a través de caminos de libertad e historias de la diáspora, que recogen hoy algunas de las cantantes que inspiraron la colección de esta bogotana. Literal y contundente Lia.
Luego vino el debut de Kika Vargas en Colombiamoda y subió el nivel de las pasarelas con "Flower Beat, una colección de balances entre volúmenes, texturas y estructuras que da continuidad evolutiva a la historia que Kika comenzó a construir, también de la mano de Infashion, en el Círculo de la Moda de Bogotá el año pasado. La opulencia de las siluetas y la fluidez de las sedas fue el común denominador, al paso de blancos, rosas, amarillos y grises a azules, vino tinto y negro en brocados, lamés, cachemir, chifones, satines, y organzas, contó con los accesorios de Inés Sainz a modo de complemento. El mayor contraste, el desatino para muchos, acierto para mí, las chanclas o sandalias tipo Birkenstock, un final inesperado con dosis de actualidad y utilitarismo que acercan el concepto a una consumidora real. Una de las mejores colecciones en conceptualización y puesta en escena de toda la feria y, sin duda, uno de los nuevos pesados en el ramillete de nuevos -ya no tan nuevos- diseñadores colombianos. Flowers came to live, anoten eso (1).
Fue el turno para una de mis grandes favoritas y las expectativas se cumplieron a cabalidad. Renata Lozano buscó inspiración en paisajes antiguos colombianos y los condensó en tonos tierra y estampados étnicos, tejidos y técnicas ancestrales, sin caer en lo evidente y haciendo lo que ella mejor hace: vistiendo con sofisticación a una mujer fuerte y empoderada. Una colección que rescata la tradición, pero que acentúa una nueva feminidad, más soft power a través del vestir.
El último turno de la jornada para los diseñadores fue para Beatriz Camacho y una bellísima colección inspirada en un viaje exótico y exuberante por el Pacífico, en colores tierra y mar metalizados, plumas e imágenes tribales con una fuerte connotación de nuevo lujo, de lujo experiencial, viajero, del lujo del material... un lujo que no se supo comunicar a través de la música elegida para el desfile, único -pero notable- lunar en una colección por demás impecable.
Fotos cortesía de Inexmoda y Zico Rodríguez.
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