Una nueva dinámica emerge y se abre paso entre marcas, diseñadores y ciudades de moda; una dinámica de colaboración y co-creación que se aleja de los canales tradicionales y presta atención a los nuevos estilos de vida del comprador nómada, ese comprador de aquí y ahora que somos muchos, que preferimos gastar nuestro tiempo escaso de compras en experiencias que aporten algo más, quizás en términos estéticos, quizás en complementos de arte y cultura; y precisamente atendiendo estas nuevas tendencias de retail, quizás intuitivamente o perfectamente planeado, un grupo de diseñadores decidió unir fuerzas y levantar un espacio de construcción de moda en medio de una zona muy concurrida de la ciudad, hasta su llegada, sin presencia de diseño independiente. Ayer estuve ahí, por segunda vez desde su inauguración en diciembre, dando la bienvenida a Camilo Álvarez, el diseñador invitado de la temporada, otro plus a la interesante dinámica del lugar.
Laura Laurens, Manuela Álvarez, A New Cross (Vanesa Gómez y Nicolás Rivero), Franca (bolsos de Liliana Andrade) y Mariana Vieira (mobiliario), atendieron el llamado de Julieta Suárez y co-crearon Gris, un espacio visualmente limpio, minimal (gris) y neutro (gris), que da la sensación de un lugar en obra gris (en construcción) en el que el diseño es el único protagonista, contrario al formato tradicional de boutique de diseñador en el que que prima la marca o el nombre del diseñador. Además de las colecciones y producto de los co-creadores, en Gris se encuentra la bellísima e impecablemente confeccionada ropa interior de El Origen del Mundo y las joyas fuera de este mundo de Sebastián Jaramillo, el ganador en la categoría de mejor diseñador/marca de joyería en la reciente edición de los Premios Infashion.
Todos estos talentos jóvenes colombianos suman a Gris sus propuestas, sus estilos, sus ganas de crear, y su aporte para que la moda local siga creciendo, pero además su astuta capacidad de entender la movida del retail de moda global y aterrizarla a nuestra ciudad. Como ya lo dije al comienzo de este post, la reubicación de la tienda, llenando los gaps existentes y atendiendo al consumidor on-the-go, en lugar de abrir una boutique en un Centro Comercial, ya aporta enorme diferenciación; el espacio se encuentra ubicado en plena zona G de Bogotá, un lugar muy frecuentado por turistas y habitantes de la capital por su oferta gastronómica que, hasta la llegada de Gris, no tenía presencia destacada de moda independiente. Además, el factor co-creación y la colaboración de todos los involucrados, así como la presencia de un espacio para la cultura y el arte en el sótano del edificio, acercan a Gris al comprador de moda contemporáneo, que busca más que un intercambio de producto por dinero, una buena experiencia de compra y un producto revelante.
Si bien, el lugar se sale de la ruta de compras tradicional de la capital, es un lugar obligado de paso para cualquier visitante, turista y local, así que pueden visitar Gris en la carrera 5 con calle 69, tomarse un café en Fratelli, que queda exactamente al frente, comerse un postrecito en Masa, que queda a una cuadra, o comer en cualquiera de los restaurantes de la zona -de hecho, en el primer piso del edificio de Gris, hay restaurante nuevo, que espero probar en mi próxima visita a Gris.
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