Podemos dejar de relacionar la primavera solo con flores, esta temporada el best-seller en estampación fue otro, no podríamos decir "nuevo" puesto que data de siglos atrás, ni reinventado o reinterpretado porque, básicamente, sigue siendo el mismo de siempre, pero sí refrescante -en medio de tanta flora- y atemporal pero intermitente: los cuadros Vichy o Gingham (no Gangham).
![]() |
Fotos por Jorge Escobar. |
Por estos meses, la alerta del estampado a cuadros Vichy o Gingham, originalmente un patrón de tejido plano que crea líneas verticales y horizontales formando cuadros pequeños tipo mantel de picnic, todos del mismo tamaño y, por lo general, en colores rojo, azul y negro, combinados con blanco, ha llegado a picos e incrementos porcentuales altísimos en pasarelas y vitrinas. Para hablar del punto de inicio de la tendencia, deberíamos regresarnos a la Francia del siglo XVII, donde el estampado era utilizado en manteles y servilletas o quizás a Holanda, o quizás, para aterrizar más en materia de moda, a los años 50, cuando Brigitte Bardot la popularizó al elegir los cuadros para su traje de novia. El punto -o mejor, el cuadro- es que el Gingham o los cuadros Vichy son una de esas tendencias cíclicas, no permanentemente de moda, aunque siempre estén ahí, pero que, de vez en cuando, regresan para oxigenar mercados saturados.
Yo no escapé a la tendencia y elegí esta falda de Stradivarius para mi look Gingham, soñada para una tarde de sol, un almuerzo en el parque, un día de playa, en fin, ocasiones de uso sobran cuando el antojo manda. Les dejo imágenes y detalles del outfit completo: anillo de Faride Ramos, blusa de Zara, brazalete L.A. CANO, clutch de Andrea Landa.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!