La moda, como cualquier forma de comunicación, tiene sus códigos; esos elementos dotados de significado como el LBD, capaces de transmitir tantos referentes a quienes hablamos este idioma, que no hace falta ya sobrecargarlo de información. Así que no vamos a hablar del LBD, pero sí de cómo esos códigos se van reinventando y adaptando con el espíritu de los tiempos.
Para nadie es un secreto que el Sporty chic, Athleisure y demás tendencias derivadas de él, llegaron para quedarse por un buen tiempo en nuestros armarios y para hacernos la vida más cómoda y feliz; su permanencia a lo largo de varias temporadas, proyección para las siguientes y las cifra$$$ confirman que no se trata de una tendencia pasajera, por el contrario, ha evolucionado a ser todo un estilo en sí mismo, tal como pasó con el tema vintage y retro. Así que ya saben a qué va todo esto... a una pieza que actualiza un clásico, a un LBD que se aleja del código cocktail y sus materiales y atavíos y se enmarca en lo deportivo y lo casual; un nuevo favorito personal, el Little Sporty Black Dress. Este es de Zara y lo compré en descuentos por menos de COP$50.000. En general, la fórmula vestido de algodón + tenis + gafas de sol + mochila Wayúu es automática en mis fines de semana y días en los que no tenga eventos o reuniones importantes, con mucha más recurrencia ahora que el clima de Bogotá nos tiene guardando abrigos y chaquetas durante el día. ¡Comodidad, libertad y sentido común ante todo!
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