Hablemos ahora de las que fueron para mí las propuestas más interesantes de esta segunda edición del Bogotá Fashion Week, sin ningún orden en particular. Comienzo por "Nómada Textil", la colección otoño invierno 16/17 de Darío Cárdenas, una colección que explora la psique de un lugar mágico.
Ph. Carlos Basto, The Spoon Photography. |
Perú es uno de esos lugares con su propio clima emocional; a medida que te dejas abrazar de su cultura, su gastronomía, sus costumbres y ese fuerte legado inca por haber sido una de las últimas civilizaciones indígenas en ser conquistadas, caes en una especie de encantamiento difícil de explicar. Dicen los que están hablando ahora de psicogeografía que un lugar puede afectar nuestro estado de ánimo, pensamiento y comportamiento; a mí no me cabe duda y en el mapa de mis viajes personales Perú está en la región de la inspiración, en el apartado de los lugares con magia propia. "Nómada Textil" es el resultado de las emociones y pensamientos que desencadenó el más reciente viaje de Darío a este país.
Y aquí voy a compartirles una teoría que tengo sobre Darío; él es una de esas personas con sensibilidades especiales que el resto no tenemos tan desarrolladas, por eso hace lo que hace y debe ser mucho más receptivo a lo que ofrece un lugar. Pues bien, durante este viaje nuestro diseñador visitó Puno, una ciudad ubicada al sureste peruano, a orillas del Titicaca en la que se realiza la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y la manifestación cultural más importante de América por la cantidad de símbolos y muestras artísticas que prolongan el legado de las culturas quechua, aimara y mestiza. En esta festividad, a ritmo de pinquillos, chaqallos, lawak’umus, sicus, bombos y zampoñas se bailan las Diabladas Puneñas, Morenada, Sicuris, Kullahuadas, Kallahuayas, Llameradas, Ayarachis, Sikumorenos, Zampoñadas, Tinkus, Carnavales, Kajelos, Wifalas, Chacareros, Chacalladas, entre otras danzas; bordadores y careteros se dedican durante durante todo el año -como los maestros que hacen las carrozas del Carnaval de Blancos y Negros en Pasto- a confeccionar el vestuario adornado con dibujos de serpientes, dragones, enredaderas, animales y paisajes para morenos, chinas, cholitas, diablos, diablezas, gorilas, llameros, kullahuas, waca wacas, reyes caporales y reyes morenos. Las máscaras son parte fundamental de esta festividad, muchas de estas culturas creen que otorgan las cualidades de la figura representada y ese elemento místico estuvo presente a lo largo de la pasarela, a modo de totem humano, pero también en los estampados digitales de las telas. La máscara elegida por Darío fue una máscara Morenada y la ilustración estuvo a cargo de la diseñadora e ilustradora Paola Escobar.
Otro elemento clave en el éxito de la pasarela de Darío fue la música; Darío me contó que usó un concierto grabado en el Convento de Santo Domingo (Cusco), un Convento construido sobre el templo inca Qorikancha o Coricancha, Quri Kancha en quechua (templo dorado), originalmente denominado Inti Kancha (templo del sol), cargado de historia de conquista, de lucha entre indígenas, religiosos y soldados españoles. El concierto original es de la familia Pillco, una familia de músicos de varias generaciones que rescata la música tradicional de Cusco a través de violines, armonios y arpas, instrumentos usados en Cusco desde hace siglos; pero la intervención final para la presentación de Darío estuvo a cargo de Quinini, el duo que también estaba en pasarela en formato DJ Set, así que el resultado fue algo que podría catalogarse como electro-andino o electro-nativo.
Con esos dos elementos espero que puedan hacerse una mejor idea de la pasarela que presentó Darío y meterse un poco en el viaje, literalmente. Yo, particularmente, la sentí como una celebración muy auténtica de la cultura andina, asumiendo el mestizaje indio e hispánico desde la libertad del festejo, los símbolos y esos cantos litúrgicos sacros y profanos; me conecté con la historia, con la colección, con la narrativa y con Darío.
Highlights de colección: los vestidos largos, los chalecos, la carta de color andina traída a una onda casi que digital, los bordados de paisajes completos hechos en Lima -piezas de artesanía únicas que decoraban diferentes prendas-, los vestidos negros con "bordados sorpresa", las mochilas que parecían emular las mantas con las que las mujeres cusqueñas cargan a sus hijos en la espalda para poder trabajar "manos libres" hechas por Portable y los accesorios (ojo a las narigueras).
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!